lunes, 10 de febrero de 2014

Vecinos

Hace casi 14 años que vivo en mi casa. Cierto es que paso casi todo el dia fuera, que no subo y bajo catorce veces para comprar el pan y la verdura, por ejemplo...y que mis vecinos llevan una vida similar a la mía. Cierto que cuando vine a esta casa casi todos tenían a los hijos ya adolescentes y mi hija nació cuando ya llevabamos cinco años viviendo aquí... lo que hace que quizá no compartas ciertas cosas, o el hecho de que te saquen 10 o 15 años haga que tampoco surgan muchos temas de conversación en el ascensor... Pero lo cierto es que añoro la relación que tenía (y sigo teniendo) con los vecinos de casa de mi madre. Sin ser una relación de amistad (salvo con Pili, la vecina de rellano... gran amiga de mi madre... con detalles de los que te llegan al alma)... con el resto, con la mayoría, la relación es de gran cariño... merito en gran parte de mi madre, pero dos no se quieren si uno no quiere... ¿no? Pero lo de hoy ya ha sido el colmo: Llegaba yo hoy a casa, abro la puerta del patio, y a lo que la voy a cerrar veo a cierta distancia a un vecino. Jolin, con el frio y el viento que hacía hoy... le espero. Siempre espero. Es de educación, buena vecindad... somos vecinos, compartimos edificio, no somos borregos en un establo. El vecino llega, no sé ni si me saluda, porque normalmente le oye el cuello de la camisa, en ese momento quiero pensar que dice "hola"... entra... empuja la segunda puerta, no la suejta,asi que me da en las narices porque yo vengo detrás, después de sujetarle la primera puerta... llega al ascensor, se mete, pulsa el botón... y sube para arriba... y yo me quedo fuera... Una cosa es ser un maleducado... esto no sé ni cómo describirlo... Eso sí... la próxima vez le va a sujetar la puerta el monstruo del lago ness, si es que existe... porque servidora no va a volver a hacer el idiota.